martes, 17 de noviembre de 2009

ILLESCAS - SILLA FELIPE II - ILLESCAS : ¿estamos locos?


Sábado, quince de Noviembre del año dos mil nueve: son las 7,10 de la mañana y me dispongo a rodar todo un día (y parte de la noche) por tierras serranas madrileñas hacía mayores altitudes. Objetivo: el Monasterio del Escorial. “Es una locura”, pensaréis. Ya veremos.
Solitariamente comienzo a rodar por el camino hacia Ugena. Hace frío. Creo que no me abrigué bien. Pero ya es tarde. No voy a dar la vuelta. No estamos para regalar kms. Todavía queda mucha tela que cortar. El pulsómetro no me marca, puff... pero si es un Polar último modelo!!!!!!. En fin...a las 7.20 cruzo Ugena. Parece un pueblo abandonado, dónde está la gente?? Lógicamente en su casa durmiendo, como casi todo el mundo. El frío aumenta. Llego al punto de encuentro con Germán. Después de algunos comentarios jocosos sobre la locura padre que vamos a realizar nos dirigimos a Serranillos. En la plaza del Toro esperamos a los de Valdemoro. Pero solo llega Juako. Nadie más. Se sorprende al verme. Yo no me sorprendo de verle a él. De Serranillos a Batres nos guía Juako por un sitio desconocido hasta el momento y lo pasamos pipa. Aunque mi blanquita se llenó de arenilla por un charquito, Juako!!!!. Pero el frío aumenta. De batres a Navalcarnero poco que comentar, salvo el otro charquito conocido por todos, Juako!!!. A ritmo tranquilo y “pa lante”. El pulsmetro empieza a dar señales de vida; 60,62,65,70 uhm....está estropeado!!!!pensé. German pensó que estaba como un toro “¡¿pero si esas pulsaciones son las que tengo yo de reposo?!”. Llegamos a Navalcarnero sobre el horario previsto. Bien. En la plaza de toros hemos quedado con David (Akadama en el foro). Damos la vuelta el ruedo, como si una buena faena hubieramos cuajado, pero no aparece nadie.

Cinco minutos de rigor. Aprovecho para cambiarme los calcetines normales por los térmicos. Un pitido de un coche delata a David. Si, era un tio, maldita sea!!!!. El nombre daba pensar lo contrario. Fotito en el monumento dedicado a la fiesta nacional y nos ponemos en marcha. Empieza a chispear. Fue la única amenaza en toda la jornada. Nos paramos dos minutos antes de salir de Navalcarnero, no queremos mojarnos. De aquí a Sevilla la Nueva; sube y baja, sube y baja. No conseguimos entrar en calor. En Sevilla la nueva llegamos a un sitio conocido por Juako de frutos secos y chuches y bebida, pero está cerrado. Sin más dilación, nos disponemos a continuar. Próximo objetivo: Quijorna. Pero no por el lado más corto. Juako decidió improvisar. Nos metimos por una mezcla entre parque forestar y finca privada.

Zona muy disfrutona: caminos de sierra, senderos, como a través, arados, bajadas técnicas, subidas imposibles. Bien por Juako!!!!!. Llegamos por fin a zona despejada. Estamos en la carretera de los pantanos. No vamos mal de posición, pero sí de tiempo. Paramos a tomar un “piscolavi”. Juako con sus mazapanes, German con sus zumitos, David con no sé qué y yo con mis geles. El pulsometro sigue parcando 55,60,65. Pero ahora no falla. Y antes tampoco. Es que es el % de las máximas!!!!!!!!!!. Bien. Esto me gusta. Continuamos la marcha por una zona de fácil rodar, con una bajada espectacular por el campo de golf cutre sin césped, para que los menos adinerados puedan disfrutar de este deporte de muñeca (en realidad, el césped, salvo en el green, ¿”pa” qué? pensamos todos) que nos situó en Quijorna. De Quijorna a Valdemorillo hay que ganar desnivel...pero por el sitio más jodio, como no podía ser de otro modo con juako de guía. Juako avisa: “subida larga y técnica”. German, ni put... caso!!! “parriba” a toa leche con David. Yo me lo tomo con tranquilidad. Y juako a plato pequeño. Fue el único que consiguió subir del tirón, sin bajarse ni una sola vez de la bici. Como controla el tio. Llegamos a Valdemorillo. El olor a bocadillo de chorizo era insoportable. No sé como aguantamos la tentación. Paramos en un parque con una fuente de agua: otro mazapán, otro zumo, otro “no sé qué” y otro gel. En ese momento me dí cuenta que German y yo tenemos cierta “similitud”. German, porque el agua de la mochila le dura 500kms, como los camellos. Y yo porque voy con la joroba a tope de agua a la espalda todos y cada uno de los 500kms, como los dromedarios. Ahora toca seguir subiendo. Zona del recorrido del Festibike, pero al revés. Borre tendrá buenos recuerdos de ese reconocimiento del terreno unas semanas antes de la prueba. Los senderos muy chulos y la zona espectacular; verde, terneros y vistas de cine. Conseguimos llegar hasta La Silla de Felipe II. Nos hacemos la foto de rigor.

Nos queda todavía llegar hasta el Escorial, vamos, lo que se ve enfrente. Pero son las 2 de la tarde. El Escorial supone una hora mínimo más. German dice que se vuelve. Que su matrimonio está en peligro. Decidimos volver con él para que no vaya solo. Acertamos. El comienzo de la vuelta atrás de lo más chulo, bajada a todo trapo. Juako como una bala. Da gusto verle, sin frenos, sin miedo, con decisión. Pero un boquete en la cubierta, provocado por tan osado comportamiento le hizo pinchar. Otro mazapán. Otro zumito, otro no sé qué, y otro gel. Cualquier excusa para reponer fuerzas. Llegamos a Valdemorillo. Bajamos de Valdemorillo a Quijorna por el sendero rápido y peligroso. Juako como una bala. German detrás a distancia. Pero David pincha. Yo me quedo a ayudarle. Juako y German se esperan lo peor. Estaban preocupados. Una caída. Arreglamos sin problemas el pinchazo. Bajamos tranquilos. Pero German está subiendo.. Con la panzada de kms que nos quedaba todavía y se disponía a subir un repechón de la leche.. ¿¿¿¿?????. ¿Pero este hombre de qué está hecho? . Entre tanto, Juako se pone a charlar con unos guardias civiles que pasaban por allí. “¿De dónde bienes?”. “de Valdemoro”.”Si, pero ¿desde donde con la bici?”. “De Valdemoro”. ¿¿¿¿?????. Vamos, haciendo amigos. Llegamos a Quijorna. Llegamos a Sevilla la Nueva. Llegamos a Navalcarnero. Aquí se terminar la aventura para el bueno de David. Un buen tio, que se quedó con el fiambre en la mano. Que se perdió en megabocatón del Escorial. Pero que seguro que repite. Esta vez con una barra de pan debajo del brazo. Se está haciendo de noche. Salimos escopetados de Navalcarnero dirección Este. Llegamos al punto de división: carretera del Alamo: German por Cotoredondo a Griñón, Juako a Valdemoro por Batres por el Charco y yo a Illescas por Batres por la carretera (yo no paso dos veces por el mismo charco). Puse las luces. Iba bien de piernas y subí como un zurrete hasta Batres. De Batres a Carranque me senti raro. Tenía frío por todos lados. Creo que me dió como un principio de hipotermia porque estaba tiritando. De hecho, me costo sudor y lagrimas llegar a Carranque, necesitaba algo muy calentito. Por fortuna, en la plaza del pueblo había un puesto de Churrería y pensé: "esta es la mía". Ni corto ni perezoso, me zampé 3 porras con su chocolate correspondiente que me dió la vida!! (y eso que yo no soy de chocolate). Creo que me tiré media hora “sentaó” en un banco de la plaza haciendo amigas, jeje. Menudas pinta llevaba. Algunas comentaban: "¿Eres un extraterreste?, ¿de dónde vienes?". “De El Escorial”. Joer, que cara pusieron. No sabía si esa “cara de guardia civil con las explicaciones de Juako” era porque no sabían donde estaba el Escorial, o porque si sabían donde estaba, y seguían pensando que era un extra-terrestre.

De Carranque a illescas, por Ugena, con el impermeable puesto. Llegué, por fin, a Illescas, con algo menos de 180kms, y con poco menos de 13 horas encima de la bici; porque parar, lo que se dice parar, paramos poco.

TALAJARA ó TIMOJARA??















La jornada comenzó puntual, pedaleando junto a Claudio por las calles de Talavera hasta la zona de tierra. Delante iban Oscar, Domingo, Borre, Charly, Gaspar y German. El ritmo tenía mucha cadencia para calentar bien los músculos (quedaban mucho kms para darle caña al tema), no pasamos de 26 km/h salvo el tramo final antes de llegar al avituallamiento de Calera y Chozas, donde el tío Borre tuvo el detalle de esperarnos. Un par de botellas de agua y a rodar por la vía verde. No nos cebamos en ningún momento, de 25 a 29, sin llegar a los 30 en ningún momento.
Abandonamos a la vía verde por un rampón. En ese momento, también abandonamos a Borre (craso error). Era una zona un poco rompepiernas en la que no conseguía pillarle el ritmo a Claudio. Le eché coraje y llegué junto a él a la Nava. No paramos ni un minuto: agua, gatorade, barrita de “no sé qué” y “pa adelante” ( más bien “pa rriba”). Tras recorrer un par de kms, empieza la zona pestosa. En el primer tramo duro, la gente iba ya andando, me encuentro a Charly. Los demás no deben andar lejos. Tras un breve descanso otra zona de pata.
Con esto solo conseguimos cargar los cuadriceps y los gemelos (¿En qué estaban pensando los que diseñaron la ruta?). Al terminar esta parte de subida-piedras me monto en la bici y juro y perjuro que no me bajo más.














Y así fue. En el siguiente rampón (esta vez un poco más largo) consigo llegar hasta Gaspar, que iba andando (no era para menos). A partir de ahí, el gel Frances (cortesía del Festibike) que me trinqué antes de los rampones empieza a surgir efecto. Voy como un loco adelantando a “to cristo” hasta el pico la Morrilla. Iba todo según lo previsto: de menos a más. Claudio se quedó atrás, provocado también por el mal estado del terreno. Me subo el mallot hasta el cuello y “pa bajo”. El descenso rápido, pedregoso por zonas y con curvas cerradas, “osease”: muy peligroso. Pero me la juego y surge efecto. Consigo visualizar a 200 metros a Oscar, Domingo y German (es que tengo un ojo de águila que no veas). Pero viene el llano. Y un leve viento de cara. Y una zona incomodísima para pedalear. Y más si lo haces solo. Pero me encuentro pletórico de fuerzas. No consigo reducir distancia, pero los tengo a tiro de rifle. Termina el llano y llega la última bajada antes de llegar a Belvis. Me la vuelvo a jugar detrás un barrilete bike; la fórmula de la gravedad de translación todavía se puede aplicar, porque iba rompiendo la barrera del sonido. Tras el esfuerzo consigo dar caza a los Pro-Illescas, Oscar, Domingo y German. Todavía no me lo creía. Y encima, en lugar de la mochila de hidratación, parecía que llevaba dos bombonas cargadas de oxigeno. Belvis. Aquí acaba mi aventura. La rueda de atrás pinchada (hacía como tres meses que no pinchaba, pero ahí estaba Murphy al pié del cañón). Paré a cambiar la cámara en el pueblo. Pensé que German y Domingo iban a parar (o por lo menos a reaccionar de alguna manera), pero siguieron sin apenas pestañear. Ese detalle no me gustó. Con un simple: “¿te esperamos?”, yo hubiera respondido: “No, no os preocupes, tirar e intentar hacer un buen tiempo”. Yo hubiera parado. Pero supongo que los tendrían “de corbata” al verse alcanzados en el km 75. Oscar se paró a ayudarme (muchas gracias tio). Me puse un poco nervi. No conseguía quitar la cubierta. Al rato llegan Claudio, Garpar y hasta Charly. Yo no sé lo que tardé en cambiar la cámara. Arrancamos y tiro con Claudio. Tras unos repechones, otra zona de pateo. Pero ¿esto qué es? ¿En qué estaban pensando los que diseñaron la ruta?. Bajada un pelín peligrosa por la acumulación de gente. Le damos caña hasta el pueblo de las migas. Allí nos encontramos con la familia de Gaspar. Oscar tira para adelante y después salimos los cuatro: Gaspar, Claudio, Charly y un servidor. Al poco de salir de Alcaudete de la Jara me pongo en contacto con Borre y me da la fatídica noticia: le habían arrollado por detrás, golpeándole el manillar y desequilibrándole. Resultado final: un corte de la leche en la pierna derecha, un fuerte golpe en la rodilla derecha, y lo peor el hombro, ayer por la noche no lo podía mover del todo todavía. En ese momento me dieron ganas de darme la vuelta o pararme allí mismo a esperarle. Había incumplido un pacto no escrito: “por lo menos tenemos que ir de dos en dos por si surge cualquier problema”. Y, además, le había ocurrido al poco de haberle dejado tirado, fuera de la vía verde. Esto no volverá a pasar Borre. Tenía remordimientos de conciencia por haber dejado al Borre solo y decidí hacer los últimos 33km a ritmo tranquilo con Charly, que andaba un poco tocado del abductor. Una cosa no iba a compensar la otra, pero conseguí lavar un poco internamente mi imagen mental. No me apetecía seguir pedaleando. Conseguí hablar de nuevo con Borre y me comentó que estaba con Javi, Pedro y Santi y que intentaría acabar como fuera. Eso me alegró mucho. Es tontería comentar los últimos 30 kms con Charly, aunque siempre es un placer rodar con él. Solo destacar el susto que me dio al perder el control de su x-control en el arado. Por tercero vez, ¿EN QUÉ COÑO ESTABAN PENSANDO LOS QUE DISEÑARON LA RUTA?.














Me adelante un poco en los metros finales para echarle una foto al Charly en meta, que menos podía hacer.